COSTUMBRES EN DÍAS SANTOS

En los días de Semana Santa y domingo de Resurrección había unas costumbres muy arraigadas desparecidas hoy en dia.

Jueves, viernes .
No se podía hacer nada, sólo rezar. El toque de campanas era sustituido por el toque de las matracas:
La matraca, carraca instrumento musical de percusión de la familia de los idiófonos, consta de un cuerpo o tablero de madera al que se le unen unos martilletes móviles, Las matracas de campanario sustituían a las campanas, cuya misión era llamar al pueblo para ir a misa en los días de Semana Santa La llegada de la matraca a España fue posible gracias a los árabes, ya que la palabra matraca viene del árabe «mitraqa», que significa martillo, y de «táraq», que significa golpear.
Con el ruido se pretendía que los cristianos recuerden el abandono de Jesús por sus discípulos y amigos, al tiempo que era atormentado por los judíos. . Las convulsiones y trastornos de la naturaleza en el trance de la muerte del Salvador.
Los niños cogían piedras, o agua vendita de la iglesia y las guardaban, ya que consideraban que tenían algún poder, En los días de tormenta, la tiraban a la calle para que se retirara, o hacían una cruz con sal.
Las emisoras de radio cerraban, y sólo se escuchaba música de iglesia en Radio Nacional de España.

Sábado
Por la noche, ya con el toque de las campanas sacaban a San juanillo, la plaza llena de gente, entre petardos saltos y risas Juanillo al suelo cayó, y la mano se rompió. Subían los muchachos de los anejos y era una buena ocasión para practicar el cortejo.
En la noche del sábado al domingo de Resurrección, los mozuelos colgaban ramos, entre otras cosas, en las puertas y ventanas de las muchachas que amaban en secreto. La madre y hermanos de la muchacha, pasaban la noche vigilando para evitar que les pusieran algo, ya que a veces las cosas que colgaban, no eran muy agradables. A la Cuesta Alta, se llevaban los cuerpos de los los burros muertos, y allí los buitres, desgarraban las entrañas del pollino, dejando el esqueleto limpio de carne. Los mocicos del pueblo, días antes, al día de ramos, ya estaban ojeando su obsequio.

María, eligió a josé, como amado, rechazó a otros dos pretendientes, y estos en su despecho, fueron a poner un zancarrón en su balcón. El novio enterado, escondido los aguardo, bajo una gavilla de sosas del Salar. Al oir los pasos con el zancarrón arrastrando. Manuel de la sosa salió y un tiro al aire se le escapó. Los pretendientes, zancarrón, todo un follón, a la fuga se dieron, entre caídas y trompicones.
La cabeza o el zancarrón de un pollino. Los ataban con alambre a las ventanas para que no los quitaran rápido y así los veían los vecinos, siendo la comidilla del pueblo.
Un ramo de alfalfa era comida para el¨ conejo¨ que tenía falta.
-Un ramo de higuera para las de carácter, como una chumbera
-Un ramo de flor de almendro, te pretendo
-Un ramo de trigo pichi, agárrate el chichi
-Un clavel, te quiero ver
-Una rosa, mi esposa
-Un serón, para las que tenían un buen pechón.
-un ramo de sarmientos, borracha.
-un ramo de olivo, te olvido.
-ramo de alelíes, o un estuche, perdían el viento por ella.

Mª Luz Gomez